Es curioso ver como se transforma la plaza del Ayto. del día 6 a las 12 de la mañana a este día 14 a las 12 de la noche. Para empezar, y aunque la plaza también se llena, no hay los agobios del día 6. También es cierto que los que asisten hoy al último acto de las fiestas son pamplonicas o gente que lleva la fiesta en el corazón, muy por el contrario del día 6 en el que la mayoría de la gente piensa en la juerga y en alcohol que se va a meter entre pecho y espalda a lo largo de su estancia en la ciudad.
Dicen que no hay dos san fermines iguales, aunque al final el "patrón" siempre suele ser el mismo: cogemos el chupinazo con muchas ganas y para el día 12-13 ya estamos algo cansados e incluso deseosos de volver a la "normalidad".
En el plano personal yo creo que estos han sido las fiestas más raras de mi vida. Ha habido grandes momentos: mucha juerga con los amigos, he conocido nuevos amigos con los que espero continuar la amistad y he estado bastante poquito en casa. Pero estos momentos han ido acompañados de otros no tan buenos que muchos ya conocéis... ha sido como una especie de montaña rusa sanferminera en la que a grandes subidones le seguían bajones incluso más grandes que los anteriores.
Con lo bueno y con lo malo estas fiestas ya no las volveremos a vivir. Tendremos que esperar los 357 días que a partir de mañana quedarán para empezar de nuevo la rutina sanferminera.
YA FALTA MENOS!!
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